El Cáncer de Piel
Bajo la denominación cáncer de piel se incluye un conjunto de neoplasias malignas con características muy diferentes tanto por su origen como por sus factores de riesgo y pronóstico.
La causa que provoca el cáncer de la piel no es del todo conocida, se han estudiado factores que influyen en su aparición.
Los factores contribuyentes, como los antecedentes familiares y el medio ambiente, las quemaduras producidas por la luz ultravioleta producen lesiones en la piel que pueden provocar cáncer. Es interesante notar que la mayoría de las personas recibe el 50% del total de rayos ultravioleta en los primeros 20 años de vida.
Actualmente parece claro que la radiación ultravioleta es el factor ambiental que más afecta la estructura y funcionalidad de la piel. Una excesiva e inadecuada exposición a esta radiación puede conducir al envejecimiento prematuro de la piel y al desarrollo de cáncer. Es de suponer que las alteraciones provocadas en la piel por el exceso de la exposición a la radiación ultravioleta repercuten en el comportamiento del sistema inmunológico. Este a su vez reacciona frente a la agresión lumínica poniendo en marcha una serie de mecanismos destructivos y reparativos que conforman parte de la denominada respuesta biológica frente a la agresión.
Las lámparas y cabinas bronceadoras, fuente de radiación ultravioleta predisponen al desarrollo de cáncer de piel cuando hay una exposición excesiva a ellas.
La edad, los traumatismos o cicatrices y las infecciones virales también son factores predisponentes.
Estudios en animales han demostrado que la radiación ultravioleta provoca una serie de cambios entre los que destaca el aumento del estrato córneo y los fenómenos de hiperplasia epidérmica, cuyo fin es de proteger de futuras radiaciones.
La prueba de que la luz del sol es una causa de carcinoma de la piel, son epidemiológicas y experimentales. La evidencia epidemiológica incluye los siguientes hechos: las zonas del cuerpo más afectadas son las que están expuestas a la luz solar; las personas que trabajan al aire libre están más afectadas que las que no lo hacen; las personas de piel obscura están menos afectadas que las de piel clara; los pueblos caucasianos en partes del mundo con mucha luz solar están más afectados que los de áreas con menor cantidad de la misma. La evidencia experimental incluye la producción de carcinoma escamoso en roedores expuestos a luz ultravioleta.
Glucksman por su parte citó el desarrollo del cáncer de la piel no solo a partir de radiaciones sino también a partir de carcinógenos químicos.
En grupos seleccionados de población, algunos carcinógenos como el tabaco y el betel son causas probables de cáncer labial. La evidencia de que el arsénico es una causa de carcinoma es también epidemiológica y experimental pues se ha mostrado la presencia anormalmente elevada de arsénico en la piel de personas enfermas y que han sido expuestas ocupacionalmente o han sido administradas con medicamento que la contienen. También hay evidencia de que los rayos X y gama y los derivados de alquitranes y petróleos son causantes de carcinoma de piel.
Se ha sabido que algún aspecto de la vigilancia inmunológica es un factor en la aparición del carcinoma epidermoide y que el índice de aparición de malignidades en pacientes inmunosuprimidos es mayor que en la población general.